viernes, 25 de abril de 2014

Mitos y leyendas de Formosa.



ANTES DE  EMPEZAR CON ESTOS APORTES, debemos de aclarar qué son mitos y qué son leyendas.
Los mitos y las leyendas son relatos que se transmiten de forma oral , 
de una generación a otra. Son narraciones que nacen espontáneamente como una expresión colectiva de una raza o pueblo, debido a una necesidad de crear una imagen del mundo y una necesidad de manifestar una fe. En ellos participan seres y hechos sobrenaturales. En el presente trabajo plasmaremos algunos de los mitos y leyendas conocidos en nuestra provincia.
Formosa es portadora de muchos relatos que fueron pasándose de generación en generación a través del factor lenguaje. Pero muchas de estas narraciones o supersticiones se vieron influenciadas con las de nuestro país vecino, el Paraguay. Es decir, son aquellas que tuvieron lugar en ese país y que tomaron factores de la realidad para generar un cierto grado de certidumbre en la población, los cuales, según sus habitantes, existieron. Pero no significa que no hayan sucedido dentro del territorio físico formoseño, ya que con anterioridad a la Guerra de la Triple Alianza, este suelo pertenecía a la soberanía paraguaya, junto con otras provincias más. De esta forma, podemos nombrar muchos mitos y leyendas, pero en este informe solo resaltaremos las más conocidas por nuestros habitantes provincianos:


EL LOBIZON:


Si una familia tiene siete hijos varones, la maldición cae sobre el séptimo. Se dice que es un hombre alto, delgado y con mucho pelo. Antes de convertirse anda muy nervioso y se enoja fácilmente, puede transformarse en los cementerios o cercanías y sobre todo cuando el acólito florece y la luna está llena.Se supone que rondaba los cementerios y se alimentaba de la carne de los muertos, despedía olor fétido y causaba terror. Este ser llegó a la Argentina a través de Brasil, y se tiene noticias de él en el Litoral . Se alimenta con carroña y cuando anda por el monte puede morder a los desprevenidos. Cuando muerde o salpica con sangre o saliva a sus víctimas, éstas pueden transformarse.


KURUPI:
Se lo considera el dios de la sexualidad. Es el mito sátiro de la tierra Guaraní. Sus características son muy extrañas, ya que es famoso por su miembro viril, que es tan largo como un lazo y lo lleva atado a su cintura. Con este miembro enlazaba a niñas y mujeres, las secuestraba y las poseía. Se lo considera protector de animales de la selva, especialmente sementales. Se dicen muchas cosas de este "personaje" de la mitologia Guaraní, pero la que mas corre es esta.






KARAI OCTUBRE :

 El Karaí Octubre es un duendecito que sale de la región guaraní, tiene su centro en Paraguay pero la creencia también existe en Corrientes, Formosa y parte del Chaco y Santa Fe. Este duende castiga a los que no supieron guardar en el invierno, con un látigo, y premia a los que tienen la olla llena el 1 de octubre, bendiciéndoles con la Espiga Dorada. Es por esto que los guaraníes recibían el mes de octubre con un delicioso guiso Yopará, para conjurar al Karaí Octubre.
Según la tradición, cada 1 de octubre inicia el mes en que escasean los alimentos: la mandioca, el maíz y otros productos vegetales son más difíciles de conseguir en el campo. El Karaí (señor) Octubre es, según la creencia popular, un duende maléfico al cual atraen la carencia y la pobreza. Por eso, el 1 de octubre de cada año, en los hogares se hace una comida en la que se sirve un suculento Yopará, similar a un locro, pero con porotos, con la intención de conjurarlo, ya que este duende no se queda en los lugares donde hay abundancia.

LA LEYENDA CURUZU LA NOVIA:

Cuenta la historia que por aquellos años, esta isla y la zona que hoy ocupa el camping, estaban habitadas por gran cantidad de familias de isleños y colonos que se dedicaban a la agricultura y a la cría de animales de granja y cuya producción se comercializaba casi en su totalidad en la ciudad de Formosa, teniendo como único medio de comunicación y transporte entre las dos orillas la canoa a remo. Se dice que en esta isla vivían, entre otros pobladores, una pareja de enamorados que, por contar con escasos recursos económicos, no se decidían a casarse. Los padres de la novia presionaban permanentemente a la pareja para intentar apresurar el casamiento, pues ya no admitían tantos años de noviazgo improductivo, y al final, cansados ya de las innumerables indirectas y presiones a las que eran sometidos día y noche, los jóvenes deciden, no muy convencidos, contraer enlace y legalizar esa relación que se venía arrastrando desde hacía varios años atrás. La noticia corrió rápidamente en la isla como una novedad que sorprendió y agradó a todos, pues la pareja era muy apreciada entre los vecinos. Así se fijó la fecha para la boda y de esta forma, la pareja, los testigos y algunos acompañantes prepararon todo para trasladarse en canoa hasta la delegación del Registro Civil de Formosa y concretar el enlace. Terminada la ceremonia civil y religiosa, la comitiva emprendió el regreso para festejar el feliz acontecimiento con una gran fiesta preparada con la colaboración de todos los habitantes de la isla que esperaban ansiosos la llegada la pareja. Pero el destino les tenía preparada una mala jugada: a poco de arribar a la costa de la laguna el clima comenzó a cambiar, aparecieron en el cielo negros nubarrones y la lluvia y la tormenta amenazaban con azotar el lugar. Así, se apresuraron por abordar la canoa que los había traído queriendo cruzar cuanto antes a la isla pero la tormenta implacable ya estaba sobre ellos, el agua de la laguna comenzó a picarse con el viento que arreciaba cada vez más fuerte formando sobre su superficie amenazantes olas espumosas, sorprendiendo a la desafortunada pareja y a sus acompañantes en pleno cruce hacia la isla, provocando el hundimiento de la canoa.
Algunos pudieron salvarse nadando hasta la costa, pero la flamante pareja de recién casados no tuvo la misma suerte y desapareció bajo la superficie de las aguas para nunca más ser encontrados, pese a haber realizado incansables búsquedas durante varios días y noches.
 Los padres de la novia lloraron durante mucho tiempo la irremediable pérdida creyéndose culpables de lo ocurrido debido a la presión que le habían impuesto a la pareja, y como es tradición en estos casos en nuestra zona, hicieron erigir en el lugar del hecho una gran cruz de madera en memoria de las dos jóvenes almas. A esta cruz que recuerda el triste hecho, y que estuvo en el lugar hasta hace unos 15 años atrás plantada cerca de un casi centenario árbol, se la conoce en Formosa como Curuzú la Novia (curuzú: cruz en guaraní) o cruz de la novia.


[Mitos_50_Curuzu_La_Novia.jpg]



EL POMBERO:
Es el personaje más comentado y temido y su vigencia es permanente en todo el Paraguay, muy especialmente en la campaña. Es un misterioso mito de insondable presencia y de constante roce con el hombre, a quien observa y vigila en la hora nocturnal, haciéndose sentir de mil maneras. Es el karai pyhare (señor de la noche). "Si, no hay que mancillar su nombre de pombero y menos comentar que su fornido cuerpo es raro de pelo, podría irritarlo", así oímos comentar a nuestra gente campesina de la región sureña. En cambio, en otras regiones del país, se le cree un ser muy peludo. A los niños les está prohibido decir pombero, sobre todo por la noche, hora propicia en que él vigila, escucha y escudriña con ojos avizores, mimetizado en cualquier rincón oscuro. El “tatakua” (horno campesino) suele ser refugio predilecto de nuestro personaje. Desde allí espía y escucha todo lo que ocurre en el hogar elegido.



YASI YATERE: 

Muchas de las características de este personaje se confunden con las del Pombero. El Yasy Yateré suele ser representado como un enano o un niño pequeño, desnudo, hermoso, de cabellos dorados, (en algunas variantes barbudo), con un sombrero de paja y un bastón de oro donde residen sus poderes mágicos
 Suele recorrer el monte a la hora de la siesta, atrayendo a los niños con un silbido hipnótico que imita al de un ave. Se dice que aparece sobre todo durante la época del avatiky (cosecha del choclo o maíz tierno) que gusta comer.

El Yasy Yateré se vale de su silbido o de su bastón mágico para atraer a los niños, a los que rapta. Los lleva al monte donde los retiene un tiempo para jugar con ellos y alimentarlos con miel y frutas. Luego los abandona o los deja enredados en un ysypo (liana).

Antes de abandonarlos, el Yasy Yateré los lame o los besa, dejándolos tontos o idiotas , mudos o sordomudos. Sin embargo, éstos se recuperan después de un cierto tiempo. En algunas zonas se cree que al cumplirse un año del rapto, el niño tiene un "ataque" con convulsiones
 En otras versiones, si el Yasy Yateré se cansa del niño, puede llevarlo al río donde lo ahoga
 Una forma de volver inofensivo a este personaje es quitándole su bastón dorado, sin el cual se carece de poderes. Entonces el Yasy se pone a llorar como un niño pequeño. Para conseguir esto, basta con embriagarlo con caña (aguardiente), bebida a la que es muy aficionado.
 Otra forma de congraciarse con él es ofreciéndole pencas de tabaco, que se dejan en zonas aledañas a la casa o bien en los caminos de entrada al monte.
 En la versión de Rosicrán de la mitología guaraní, Yasy Yateré es el cuarto hijo de Taú (espíritu del mal) y de Keraná (diosa del sueño)


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